La acción correcta. Cómo superar la indecisión.


Si no soy capaz de ejecutar la acción perfecta, es porque no es la perfecta para este momento.

No hay acción correcta con el sentir desconectado. La acción correcta no es producto de una conclusión, es producto del instante, surge de él.

La acción correcta no se alcanza por análisis de la experiencia previa, nace en la experiencia viva de este momento.

Tratar de acertar en la decisión a través del razonamiento es dar palos al aire que siempre, antes o después, acaban en tu espalda. Cuando estás indeciso, utilizas una acción analizada que busca un resultado que nunca alcanza. El resultado siempre es que te llevas el palo que diste. Así te das cuenta de que esa no era, no sólo de que esa no era la acción, sino que ese no era el modo de actuar. Te lleva a darte cuenta de que tratar de elegir la acción es lo que te lleva al error.

La acción correcta no se elige, simplemente aparece. A la personalidad le da miedo, porque lo que aparece siempre está fuera de los parámetros conocidos, siempre está fuera de análisis y conclusiones, está completamente fuera del rango que la razón puede alcanzar, ya que esta siempre baraja lo que fue para encontrar una respuesta a lo que es. Lo que es ya está siendo, tratar de frenarlo para sustituirlo por otra cosa más "adecuada" es el problema, tratar de acotarlo, tratar de encauzarlo. Tratar de encontrar fuera algo que ya está naciendo en tu interior. Las necesidades que ves en el contexto en el que pretendes actuar en base a tus razonamientos no son las necesidades reales, lo que se necesita ya está naciendo en el instante para autosatisfacerse.

No se puede responder a la vida con lo que está muerto. Es más, nada requiere tu respuesta, nada requiere tu acción. Quizás sí, quizás no. La seguridad está en el sentir, en el momento en sí mismo, la conexión con lo que está siendo es la que revela lo que está siendo. Simple y evidente. Si uno está alerta simplemente lo permite, y la acción ocurre, o no ocurre, lo que sí ocurre es que todo está en su sitio, todo está bien, porque uno no lo interrumpió con sus distorsiones.


La acción correcta es la que ya está sucediendo.


Ya es, ya discurre, ya late así, puedes montarte las parafernalias que quieras en la cabeza, autoconvencerte de que tú puedes encontrar una solución mejor, todo lo que tú quieras, pero en ese caso ya sabes que el palo ya viene de camino, y la conclusión más excelente no lo va a detener. Y menos mal. ¡Menos mal!

La brújula es el sentir. La única forma de no equivocarse es permanecer sensible ante lo que se manifiesta, y así ser simplemente el permiso para que lo que es sea. Permanecer sensible ante las desviaciones, ante los falsos impulsos que nos llevan a darnos un golpe más. Evitar equivocarse ya no por el mérito, sino porque es un auténtico fracaso estar desconectado de la propia naturaleza de las cosas. Eso es estar muerto. Evitar equivocarse por la evidencia misma de la propia impotencia, por la sensibilidad cruda y sanadora de saberse un estorbo.

Descansa. Deja que todo sea lo que es. Paradójicamente, es tu responsabilidad.

No depende de ti lo que es, pero depende de ti dejar de pretender que sea otra cosa, dejar de convertirte en obstáculo.

La paz que tratas de establecer es la paz que ya eres.





3 comentarios:

  1. En mí aparece a veces una vocecita que susurra: rompe con esta relación, te arrepentirás de no hacerlo, no te llena, no es la adecuada, te estás equivocando. Pero no veo sentido a hacerlo y perder lo que sí me aporta. No veo sentido hacerlo a mi pesar. Tendría sentido si hubiera una aceptación, una coherencia: esto no lo quiero, me despido y me quedo en paz. Pero romper para así "estar mejor" me parece una huida. Mediante el análisis, como dices, no veo salida, no hay nada que decidir. O lo veo claro y entonces surge la decisión o no lo veo claro y entonces no la hay. Al menos eso creo.

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    1. Hola Alberto. Claro... Desde el análisis nunca alcanzamos una resolución que nos resulte satisfactoria, porque incluso aunque fuese la misma decisión que tomaríamos desde el sentir, la estamos tomando desde la duda, y esa inquietud permanece con nosotros. Pretendemos encontrar la paz a través de la decisión y es precisamente al revés, primero la paz, y entonces la acción correcta se hace evidente.
      Muchas gracias por compartir tu experiencia.

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