De tanto querer decir, no tienes palabras. Decir por decir, y luego buscar el qué. Tú solo pones el tapón. Las palabras tienen un sentido antes de aparecer. No buscas algo que decir para hablar. Tienes algo que decir, entonces hablas. Mientras, ahoga tus impulsos en el silencio, son falsos.
Tú no sabes qué decir. Un mensajero porta un mensaje, no lo emite. No quieras usurpar otras funciones, no aspires a más, porque tu función no es menos. Pero tú no mandas. Asume. Ríndete. Sé humilde. Ni siquiera el mundo que has fabricado sigue tus reglas.
Barajando palabras jamás te acercarás a los mensajes que espontáneamente lanza el silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario