Bendita seas, noche,
porque nadie te habita.
Vientre del día
virgen encinta
vacío que destila plenitud.
Olvido,
recuerdo genuino,
dentro de ti
soy menos esa,
soy más tú,
soy más Yo.
Lienzo negro
de todos los colores
de ninguno,
para dibujar de nuevo
como si nunca hubiese pintado
Dios
el mundo,
como si todos los amaneceres
estuviesen por evocar.
Noche infinita,
guíñame los dos ojos
cuando llegue el día,
disuélveme en tu abismo,
vuélveme ventana abierta
de par en par
a ninguna parte.
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