La oportunidad perfecta


Sigue a la vida, no esperes que ella te siga.

Si la vida dice "vamos", no te retrases, camina. Si la vida dice "quieto", no te arranques de listo, espera. Todo tiene su momento, aunque a ti te parezca que es precipitado, aunque a ti te parezca que ya se retrasa.

Todo te va siendo dado. Si no te llega es que todavía es pronto, o que eso no es para ti. No vayas a pedir lo que no tienes, porque es muy probable que te pierdas algo mucho mejor. A veces perderse algo es simplemente no darse cuenta de que lo tienes. No enfoques la vida como una presentación de oportunidades que siempre puedes perder, es al verlo así cuando las pierdes. El tren que pasa no era el tuyo, vendrá otro que no esperabas. Descansa en esa confianza, o cuando llegue ese tren no lo verás. Aunque si no lo ves es que tampoco era ese, no volvamos a caer en lo mismo.

La oportunidad perfecta es la que coges. Si no las has cogido no has perdido nada. Si te has precipitado, si eso te parece, es que así debía ser. A veces hay que vivir esos tironeos, pero recuerda, la oportunidad perfecta es la que coges, el tren mejor es en el que vas subido. Respira y disfruta del viaje. Cuando llegues a tu parada lo sabrás. Tu parada es allí donde paras. Cuando has parado, ya no importa por qué lo has hecho o en qué otros lugares podrías haber parado. Estás ahí donde estás. Sumerge tus dudas en ese descanso y te será fácil reconocer que tu intervención no es necesaria, que no puedes equivocarte, que no hay error, sólo la experiencia resultante de creer que sí lo hay. Siempre estás aquí, sin variables. No te distraigas.

Esto que tienes es lo que has sabido darte, lo que has sabido aceptar de las manos llenas de la vida. Si te parece poco, asume los límites que te has puesto.

"La avaricia rompe el saco", pero no te confundas, estar dispuesto a recibirlo todo no es avaricia. La avaricia es un estado de contracción en el que sufres por no poder tener aquello que tú mismo te niegas. Es una forma de miedo. Es una contradicción, una lucha interna contra tus propios límites, contra tu propia escasez. Por eso también se dice que "no es más rico el que más tiene", porque puedes tener muchas cosas y seguirte negando a disfrutarlas, o a ver que ya las tienes, o a recibir las que de verdad disfrutarías más.

Pero no lo olvides, lo mejor que podrías tener es lo que tienes. Puede que en algún sentido te parezca que has perdido una gran oportunidad, pero la vida no hace recortes. Tienes abundancia de lo que tú has pedido, de lo que tú realmente crees merecer. Así que deja de soñar con lo que te parece que te gustaría tener y asume lo que tienes, porque ahí está tu regalo. Si no ves la abundancia, da un giro a tu visión, lo que no te es entregado de una forma te es entregado de otra. Si no has recibido la abundancia en la forma que tú esperabas, eso no significa que no la tengas.

A veces la riqueza consiste en ver nuestra propia pobreza y asumirla como nuestra propia elección. Sólo si ves lo poco que te das puedes elegir darte más. Esto abre la vista a todas las oportunidades, a las que antes estaban fuera de nuestro rango.

La vida no tiene límites. La escasez es la negación a reconocer que tú eres absolutamente responsable de tu experiencia. Es la resistencia a asumir que tú eres la fuente, que tú eres la vida, que nadie te niega nada, sólo tú puedes hacerlo.

No hay tipos de abundancia, ni grados. Sólo existe la abundancia. Tú eliges de qué.

Si dudas, descansa.
La vida se mueve con certeza.
Si tu guía es el miedo, por ahí no es.

La oportunidad perfecta es la que tú no eliges, es la que te elige a ti.



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