El puzzle que tú no sabes montar



Lo natural tiene su propia coherencia. Tratar de encontrarle otra es contaminarlo.

La coherencia de la totalidad de lo que se expresa naturalmente a través de uno se desconoce hasta que se va manifestando, si se permite que esto ocurra en toda su pureza. Sólo a medida que avanza el proceso se va dejando entrever la armonía perfecta entre esas piezas que a la mente le parecían inconexas.
Tratar de buscar la conexión antes de que se manifieste por sí misma es interferir en el curso de lo que está fluyendo, y a veces, incluso, detenerlo.

Acepta que no estás al cargo, que algo más grande está brotando a través de ti.
No intentes hacerlo grande, o lo empequeñecerás.
No trates de organizarlo, o perderás la conciencia de su auténtico orden.
No sabes a dónde va lo que viene, ni a dónde tiene que ir.
Simplemente déjate estar, déjalo nacer, sé sólo el regazo que lo acoge en su llegada al mundo.
Nada más, nada menos.

Recuerda que tú no sabes cómo montar este puzzle, pero sin ti no se puede montar.


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